viernes, 23 de marzo de 2012

Col y Sano

Cuando el caracol, Col despertó aquel día de primavera, observó  que las nubes cubrían el cielo, eran unas nubes oscuras de las que están cargadas de lluvia. A Col como a todos los caracoles le gustaba la lluvia y los cielos con nubes que tapan el sol por eso se puso muy contento y sacó a relucir su mejor sonrisa. Después de todo el invierno durmiendo, se sentia perezoso, lentamente comenzó a deslizarse por el suelo húmedo buscando hierba fresca y con buen olor para comer. En esto estaba el caracol Col cuando se encontró con el gusano Sano. Sano había pasado toda su vida metido en una caja de cartón y no sabia muy bien que clase de animal era. Llevaba dos días preguntando a todos los animales que encontraba, menos a los que le daban miedo. Unos le decían que era una oruga, otros que una lombriz y casi todos le decían que no sabían o que tenían mucha prisa para atenderle. El caracol Col, no había tenido prisa ni un solo día de su vida y era un gran observador y escuchador. Col examinó detenidamente a Sano.
-¿Te gusta el sabor de la tierra?, preguntó Col .
-Puaj, no que asco... contestó Sano
-Una Lombriz no eres...dijo con mucha seriedad
Sano se puso un poco contento, al menos sabia una de las cosas que no era.
-Debes pensar donde te gustaría vivir, que te gustaría hacer, que te gustaría comer, no preguntes a los demás, ya has comprobado que nadie sabe que clase de animal eres, pregúntate a ti mismo, prueba cosas diferentes. Solo con preguntas encontrarás respuestas.
Sano se quedo un poco chafado, aunque después de un día preguntando a los demás pensó que el caracol tenía razón. Realmente le gustaría ser una oruga para convertirse en mariposa, tener alas de colores y volar entre las flores. Estuvo mucho rato probando hojas y frutos de diferentes árboles de los que crecían en el jardín donde vivía.
Poco antes del atardecer cuando Sano estaba muy, muy cansado, se subió a una manzana que había en el suelo para descansar, entonces supo quien era, era un gusano de manzana y desde aquél día aquella fruta seria su hogar, hasta que un día después de comer mucha, mucha manzana se convertiría en una mariposa